Nuremberg

A Nuremberg llegamos en tren desde París. Un estupendo viaje que no se hace largo ni pesado ya que los trenes (TGV) son muy buenos y rápidos. Nos esperaba otro intercambio de casas, que originalmente teníamos en esta ciudad pero que lamentablemente nos cancelaron unos días antes. Por suerte pudimos encontrar otro intercambio en una ciudad cercana, Erlangen, la ciudad universitaria alemana por esa zona. Aquí fue donde nos alojamos durante 10 días de agosto.

El transporte desde Erlangen hasta Nuremberg lo hacíamos en bus desde nuestra casa hasta la estación de Erlangen y a continuación en tren hasta Nuremberg. Tuvimos mucha suerte ya que ese año el gobierno alemán quiso incentivar el uso del transporte público y durante los meses de julio y agosto de ese año existía la posibilidad de sacar un ticket de transporte que costaba 8 euros. Con este bono tenias acceso a todos los transportes públicos en Alemania durante un mes entero (bus, tren, tranvía,…). Ni siquiera tenias que validarlo. Con llevarlo contigo era suficiente. Esto fue una maravilla unido a la magnifica sistema de transporte público alemán, con el que puedes ir casi a cualquier sitio. Además de que los trenes están super-preparados para que vayas con tu bici en el vagón. Nadie se asusta. Nadie se queja. Aunque vaya el vagón hasta las cejas tú llegas con tu bici y te hacen un hueco.

Pero es que además tuvimos también la enorme suerte de coincidir con el Festival de Música al aire libre de Nuremberg. Escenarios al aire libre en muchos puntos de la ciudad, con conciertos gratuitos, teatro en la calle, malabaristas, acróbatas, pero sobre todo mucha música en la calle a todas horas. Si podéis hacer coincidir vuestro viaje con este festival no lo dudéis. La plaza principal de Nuremberg, la plaza del Mercado (Hauptmarkt), se llena de mesas y sillas con miles de salchichas y cervezas esperándote, además de otros puntos de la ciudad.

En este viaje hemos tenido la ocasión por primera vez de «hacer uso» de la plataforma Couchsurfing, una web en la que puedes dar alojamiento en tu casa y/o ser alojado por los miles de miembros repartidos por el mundo. Es una idea genial. Pero además es que además de dar alojamiento, hay muchos miembros con los que te puedes poner en contacto para que te enseñen la ciudad, tomes algo con ell@s, y en definitiva pases un tiempo juntos con el único propósito de compartir lo que cada puede ofrecer.

Qué hacer en Nuremberg con niños

Como siempre hacemos a continuación os damos una serie de indicaciones, lugares y/o actividades que hemos descubierto en esta preciosa ciudad.

  • Plaza del mercado (Hauptmarkt). La plaza principal de la ciudad. En ella hay varios puntos de interés. Schöner Brunnen, una fuente del S.XIV con dos enormes caños que sobresalen de la reja que la rodea y es lo mejor para el calor en verano. A un lado de la plaza podréis ver la Iglesia de Nuestra Señora de estilo gótico. También en la misma plaza podéis encontrar el Centro de Información Turística. Al ir con niños este tipo de lugares te permiten ese descanso, esa sombra o ese tiempo para poder seguir planificando el día.

  • Poco más adelante está la Iglesia de San Sebaldo, una iglesia luterana preciosa. El Museo del Juguete
  • Weibgerbergasse. Hay quien asegura que es la calle más bonita de Nuremberg. Casas «medievales» preciosas, de colores, que le da un encanto especial a esta parte de la ciudad.
  • Kettensteg. Es un puente peatonal de hierro, el más antiguo de Europa continentalfrente al «puente del horcado».

  • Hangman’s Bridge. Construido en 1457. Llamado también el puente del ahorcado o de madera. Uno de los sitios más bonitos de la ciudad, más antiguos y con más historia.

  • Handwerkerhof. Justo enfrente de la estación de tren de Nuremberg. Se trata de un mini-pueblo medieval con tiendas de artesanía y restaurantes. Es como estar en el pueblo de la Bella y la Bestia.

  • Castillo de Nuremberg. Sí, Nuremberg tiene Castillo. Y con mucho encanto. Situado al norte de la ciudad, tiene una zona de libre acceso por la que puedes pasear sin problema. Al estar situado en una zona alta se puede disfrutar de unas vistas de Nuremberg muy interesantes. «Kaiserburg» se puede visitar en las diferentes estancias que contiene el recinto. Aquí tienes la web oficial donde reservar entradas. Hasta 18 años entreda libre.  Entrada normal: 7 euros.
  • Playmobil Fun Park. Todo un clásico en familia. ¿Cómo no visitar este bonito parque si vas con niños pequeños (o no tan pequeños)? Situado en la localidad de Zirndorf. Muy fácil de llegar en transporte público (como suele pasar en casi toda Alemania). Todo el parque está inspirado en esos muñequitos que hemos conocido casi todas las generaciones desde los años 70. Merece la pena tanto para adultos como por supuesto para niños. Contad con toda una jornada para la visita, incluyendo los viajes de ida y vuelta desde Nuremberg. Os espera el castillo medieval, el barco pirata o la granja Playmobil, entre otras muchas cosas. Si vais en verano contad también con algunas atracciones de agua. También hay una zona cubierta con mesas y diferentes espacios con infinidad de playmobil para jugar.  Más información en su web.
  • Bamberg. Localidad situada a unos 60 km de Nuremberg. En transporte público tardaréis unos 40 minutos en llegar (múltiples trenes desde Nuremberg). Una ciudad de cuento. Es un pueblo típico de la baviera alemana que os va a encantar. La foto más conocida es la del antiguo ayuntamiento en medio de una isla a la que se accede a través de dos puentes. Su ambiente en verano es precioso. La catedral, sus calles estrechas en el casco antiguo y su encanto indudable hace que merezca mucho la pena una visita.
  • Museo del juguete. Casa de Alberto Durero. Son dos lugares a los que no llegamos a entrar pero que os recomendamos. Dos planes más con niños si estáis unos días en Nuremberg. El museo del juguete alberga sobre todo piezas antiguas que pueden sorprender a los niños.

Alemania y en particular Nuremberg nos ha dado muy buenos momentos. Somos muy fans de la cultura alemana, de sus valores y sus tradiciones, de su buen hacer, de su vida en bicicleta y de sus centros de las ciudades libres de coches y ruidos. No nos cansaremos de volver a Alemania a seguir disfrutando de lo que al menos a nosotros nos parece una calidad de vida extraordinaria.