Nuestra herencia

Londres es una ciudad inmensa.Fuera de los lugares de interés turístico se esconden verdes parques poblados de pequeños seres que corretean para coger el cacahuete que amablemente le ofreces en tu mano.Las ardillas están tan acostumbradas a las personas que se te suben a los hombros como si fuesen auténticos monos,le das aquel pequeño manjar y lo mordisquean rápidamente utilizando sus afilados dientes.Cuando acaban vuelven  a algún lugar del parque,esperando que una mano amiga le vuelva a tender más cacahuetes.
Adrián y yo buscamos ardillas.Unas chicas italianas con una bolsa repleta de cacahuetes sortean a las hambrientas ardillas que salen de sus escondites sin  miedo.El hambre les puede.La muchacha le ofrece a Adrián un cacahuete y éste sonríe.Sabe que en cualquier momento aparecerán,pero tiene miedo.La idea de pensar que con probabilidad se le subirán por el cuerpo le hace cedernos el cacahuete,piensa,quizá,que ver los toros desde la barrera tampoco está mal.
Ver a mi hijo disfrutar viendo cómo les damos de comer es maravilloso.
Cierto es que cuando viajamos cambiamos el chip.Con un niño todo cambia.No puedes hacer todo lo que quieras pero ver a tu hijo disfrutar con cualquier cosa que se encuentra en su camino es imborrable.El mundo se abre ante él y nosotros somos partícipes de sus sorpresas,sus dudas y de su sed por conocer.
En Londres subimos en metro(muchas veces),desayunamos en los starbucks y a Adrián le encantaba su hot chocolate y su cruasán,corrimos despavoridos por Piccadilly Circus mientras sorteábamos a la gente,comimos pasta pasada en un restaurante regentado por un portugués,cenamos pizza en la habitación del hotel,vimos aviones sobrevolar a todas horas,corrimos en Candem con el paraguas y con Adrián en brazos,la lluvia no daba tregua…

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Londres

Ahora disfruto más los viajes porque veo el mundo a través de los ojos de mi hijo.De un niño de tres años.Y quiero que Adrián aprenda viajando,quiero que pruebe nuevos sabores,que huela aromas diferentes,que suba en tren,en avión ,en autobús de dos plantas,en tuc-tuc.Que aprenda a jugar con otros niños,de otras nacionalidades,con otro color de piel,que aprenda a decir gracias en tailandés y que sienta realmente la libertad.
Lo que más deseo es que conozca el mundo,esa será mi herencia.

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